Después de algunas publicaciones en este blog y dados algunos comentarios recibidos, ha llegado la hora de dejarlo claro: Se trata de representar los intereses de un colectivo o sector y NO de intermediar entre ese colectivo y el legislador.
De hecho, en esta confusión radica el origen de la mala prensa de las acciones de lobby. Acciones de cuñadismo – “Esto te lo arreglo yo que juego al basket con el marido de la concejala”-, o las más lamentables prácticas de los llamados “conseguidores”, se han venido relacionando con el lobby cuando en realidad no son más que recursos buenistas en el primer caso, y simples delitos en el segundo.
¿Qué puedo hacer por ti?
Sin embargo, hay algo que si comparte el conseguidor y el profesional de la representación de intereses. Ambos hacen algo en nombre de otro. Pero las diferencias son tan evidentes que basta una imagen gráfica para representarlo.
Aquí el listado:
Conseguidor
- Lograr que el policymaker reciba al sector
Representación de intereses
- Definir los objetivos del sector y su pasado.
- Establecer las prioridades.
- Realizar análisis del sector por expertos técnicos (jurídicos, económicos, etc.). Elaborar papers.
- Buscar aliados estratégicos. Crear plataformas de apoyo.
- Determinar la/s institución/s relevante/s en la toma de decisiones.
- Averiguar los nombres propios decisivos y sus prioridades.
- Elaborar un plan de trabajo y un timing.
- Diseñar los argumentos, el storytelling y las líneas rojas.
- Organizar jornadas de debate, encuentros sectoriales, publicar artículos de opinión, entrevistas en medios.
- Coordinar la celebración de las reuniones y su orden del día. Elaborar dossieres.
Y podrían hacerse muchas más cosas aún dependiendo de su evolución.